miércoles, noviembre 30, 2005

Fat Freddy's Drop - Based True Story


Decir que esta banda de Wellington (Nueva Zelanda) hace reggae es como decir que Tosca hace música electrónica. Es inexacto y sería simplificar y ningunear el trabajo de un grupo que es mucho más que eso, porque Fat Freddy's Drop es reggae y mucho más. Ellos se definen como un grupo que mezcla elementos de soul, dub y electrónica y la verdad es que el resultado es ese mismo.

Por un lado tenemos ritmos muy dub, que a veces llegan a convertirse en soul pero sin llegar a perder el carácter fundamental. El toque electrónico lo aportan unas pequeñas pinceladas que empapan todo el disco, resaltando la mezcla y dándole muchos más matices que hacen que el ritmo sea más rico. Como en toda buen disco dub o reggae, tiene que haber unos buenos vientos. En este caso parecen que se han escapado de un club de jazz, porque no se limitan a las cuatro notas funcionando a modo de coros, sino que tienen una gran presencia en todas las pistas ofreciendo melodías que se sostienen por sí solas. Y finalmente tenemos a un sorprendente vocalista que es quien de verdad aporta el toque soul al grupo. Una voz rozando el falsete, pero muy suave que llega a recordar a Seal y que se podría haber ganado la vida perfectamente la vida en un grupo soul.

Todos estos estilos dan un resultado sorprendente en matices, que llegan a producir pistas de más de siete minutos sin que te entren ganas de pasar alguna hacia delante, ya que los desarrollos son interesantes, proporcionados y nada monótonos. Quizás a los puristas del dub les salga sarpullido tras escuchar a este grupo, pero es muy posible que Fat Freddy's Drop acerque el género dub a un público más mayoritario.

En cuanto a los temas que trae el disco hay de todo, desde canciones con auténtico sabor soul, hasta ritmos mucho más movidos y que harán moverte como si de un tema reggae se tratara. No voy a destacar ninguno porque son todos realmente buenos. Parece ser que Gilles Peterson se ha fijado en ellos, con todo lo que ello supone ...

Esperemos que algún día se fijen en España y den una pequeña gira para disfrutarlos en directo.

Este disco se merece un 8.
Ebers Moll 11:42 a. m. | 1 comentarios |

lunes, noviembre 28, 2005

Rinoceroso - Schizophonic

Han pasado ya muchos años desde que este grupo francés nos sorprendiera con su Le Mobilie. Un proyecto que mezclaba la idea de house con instrumentación en directo y que nos hacía bailar tanto en sus conciertos como en cualquier sala que se preciara a poner alguna de sus canciones. Llegaba a ser demasiado machacante, con un bombo que a veces parecía que acaba de perforarte el tímpano tras escucharlo durante tres minutos. Pero ahí estaba un estilo en el que, sin ser una idea completamente original ni tampoco nada del otro mundo musicalmente hablando, otros grupos se apoyaron para crear su música. Después llegó Music Kills Me, donde se apreció un claro progreso a la hora de componer los temas. Se dejó de lado el aspecto machacón que antes mencionaba, creando pistas que no eran tan monótonas y con temas muy variados a lo largo del disco. No era una música seria para la gran mayoría de salas, pero llegaba a ser bastante audible.

Ahora llegan con Schizophonic. Un disco con sólo diez pistas, pero sin llegar a echar en falta ninguna más. En todas ellas hay colaboraciones que le dan un toque demasiado popero y comercial. Parece como si les hubiera dado envidia de la evolución de Moby y quisieran subirse al carro. Pero hay formas y formas de hacerlo, y la que han elegido creo que ha sido la peor de todas, porque suena todo completamente igual, bastante plano. Si pusiéramos el reproductor en random no sabríamos decir si esa canción la hemos escuchado ya o simplemente es un deja vu. Esta mucho más elaborado en el aspecto sonoro, no lo vamos a negar, pero podían haber invertido el tiempo en realizar algo te pueda impactar cuando lo escuchas. Y es que una vez escuchado la indiferencia que te produce es total. Creo que se han aprovechado un poco del tirón que tuvieron al comienzo y ahora se han aburguesado. Mucha mezcla de estilos para crear algo que no suena a nada en concreto

Quizás se pueda destacar Pleasure and Pain para los amantes de las influencias ochenteras, Body to Body para los muy poperos o Bitch para los fans de David Guetta.

En definitiva un disco muy flojo, que sigue pecando de los peores aspectos del trabajo anterior. Tiene un enfoque muy comercial o a lo mejor es que se les han acabado las buenas ideas.

Nota: Un tres.

Ebers Moll 4:24 p. m. | 0 comentarios |

viernes, noviembre 25, 2005

La bomba James

Hoy ha explotado una bomba en Granada. No ha sido ETA ni Al Qaeda. Ha sido James Taylor y sus amiguetes. La deflagración estaba cargada de puro sonido hammond a ritmo de funky. Pero vayamos por partes, como bien dice Jack.

Comenzó el concierto con sus correspondientes teloneros. Domestic venían de a escasos kilómetros de la sala, ya que es un grupo básicamente granadino. Avalados por un excelente primer disco, se supone que esta gente realizan unos conciertos completamente distintos a lo que graban en el estudio. Demasiado pretenciosos para estar a la altura de lo que se avecinaba. Todos ellos son excelentes músicos, muy melódicos pero carentes de una cierta chispa jazzera, de lo que en verdad pretendían hacer mezclado con sonidos almacenados en un sampler. A medio camino entre un estilo y otro, no acaban de definirlo en el escenario, resultando una mezcla que a veces carece de la suficiente pegada como para arrancarte a bailar. Suenan mucho mejor en el estudio, donde los sonidos easy listening se agradecen mucho más sentado en un buen sillón. Quizás la nota más discordante la da el que a priori sabe menos música, el DJ. Es más el trabajo que aparenta realizar que el de verdad resulta. Un sonido acá, un scracht de muy mal gusto allá, unos samples de coros femeninos muy acertados, unos golpecitos que destrozan el ritmo y unas bases rítmicas que se quedan en un amago rítmico y válgame la redundancia... En definitiva, se le da mucho mejor la secuenciación estando tranquilamente en casita que la aportación a una actuación en directo. Los mejores fueron sin duda alguna los vientos. Bastante acertados en las melodías base y excelentes en la improvisación. Al igual que en el primer disco, siguen empeñados en usar una introducción para no sé qué motivo, porque era bastante difusa y no aportaba nada al desarrollo del concierto. Es más, nos hizo bostezar un poco al principio y podía llegar a condicionarte a la hora de seguir escuchándolos. Un concierto aceptable, pero tampoco nada del otro mundo.

Y hasta aquí dio de sí Domestic. Aparte que a la gente se le veía con ganas de escuchar a gente de corte más "clásico". Tras una pequeña espera de no menos de un cuarto de hora, allí estaba el batería, el bajista y James Taylor con la parte trasera del órgano mirando al público, para así poder en todo momento ver la cara del público que le estaba escuchando. Vestido con chaqueta y camisa larga, su rostro serio no le hace justicia a la hora de divertir tanto como deleitar a los más puristas. Y sí al estribillo de Jesucristo Superstar me remito, con el abrió el concierto, para dar paso a tema completísimo en interpretación por parte de los tres integrantes. Ahora bien, ¿donde están los otros dos que completan el cuarteto? ¿Se los habrá dejado por el camino? No, menos mal. Allí estaban para la segunda canción un saxofón tenor a cargo de un hombre de la misma quinta que James y un jovencísimo trompetista que apunta muy alto. Y es que en los mano a mano entre ambos, por una vez la juventud pudo sobre la experiencia, y eso que el saxofonista no era manco.

Pero si creíamos que el grupo estaba completo, faltaba el toque de glamour que nadie esperaba. Yo por lo menos no. Aún sabiendo que en sus últimos discos incorpora una vocalista, creo que jamás nos íbamos a imaginar que tendría semejante aspecto. Un mujer de unos muy bien ver treinta años, de raza negra con un tono de piel esquisito, unos ojos enormes junto con unos labios a lo Angelina Jolie, todo ello rematado por una vanguardia que... Bueno sigamos hablando de música. La verdad es que la vocalista aparte de sus dotes físicas, tiene otros tantos musicales, sin apenas llegar a desentonar con el resto de miembros. Tras una hora y media de concierto cargado de funky y acid jazz más unos solos geniales, tocaron un bis más para acabar de destrozarnos la cintura.

Un dato curioso: James no se contenta con una imitación electrónica de hammond que suenan igual que las originales. No. James tiene un hammond original, y cuando digo original me refiero a que su lado tenía el altavoz giratorio de doble cono. Todo un purista y toda una delicia para nuestros oídos.

Nota: Esta misma entrada se encuentra en mi otro blog
Ebers Moll 12:52 p. m. | 0 comentarios |

miércoles, noviembre 23, 2005

Recopilatorio de The Prodigy


¿Hace falta hablar algo más de ellos? Creo que ya está todo dicho sobre el grupo que revolucionó la escena electrónica a principios de los noventa, habiéndonos dejado de todo a la largo de su carrera musical. Ahora nos lo presentan en forma de recopilatorio para lo bueno y para lo malo (que es más bien poco). Aquí tenemos todas esas pequeñas joyas que nos hicieron pegar saltos en las pistas de baile mientras se nos erizaban los pelillos de los antebrazos. El disco recopila singles desde sus comienzos con Experience hasta Always Outnumbered, Never Outgunned con todas sus consecuencias.

El disco viene en dos versiones: una con los singles y otro en forma de disco doble donde se puede encontrar lo primero más caras B y mezclas a cargo de grupos como Pendulum o Audio Bullys.
Ebers Moll 4:32 p. m. | 0 comentarios |

miércoles, noviembre 09, 2005

Nicola Conte - Other Direction


De Bossa Per Due a Other Direction. No hay mejor forma de describir la evolución de este genial productor, que si nos llegó a sorprender en su primer trabajo con un disco cargado de cortes con sabor brasileño, en este nos deja atónitos con sus cortes jazzeros. Temas jazzeros convertidos en auténtico jazz.

Esto es lo verdaderamente sorprendente. Nicola Conte no se contenta con imitar al mejor Saint Germain, sino que prefiere imponer a todo el disco el distintivo de jazz a secas. Muy ligero, eso sí, pero que de todas formas tiene que gustarte este género musical para poder escuchar su disco. Lógicamente, Nicola impone un tema principal en todas las pistas, en ocasiones muy acertado, y deja la improvisación para los artistas del instrumento. Pero la casta le viene al galgo y hay un tema en el que aparece la bestia que lleva en su interior y no puede evitar meter un bombo un tanto house, muy disimulado eso sí, marcando el tempo, acompañado de unos bongos que desprenden un aire que recuerdan a su Mision Bombay del anterior disco.

Aunque casi todos los temas son muy relajados acompañados algunos por una vocalista femenina (salvo en la primera pista, que parece que la grabó él mismo), posee un par de ellos bastante moviditos. En la pista nueve nos deja un guiño a sus orígenes italianos, recordándonos las bandas sonoras de las películas de los años 70.

Estamos ante un disco que podríamos catalogar de jazz. A algún purista puede que le rechinen los dientes ante semejante etiqueta tras conocer quién ha sido y quién es ahora Nicola, pero es así. Si los pasajes solistas los ha escrito el propio Nicola, entonces estamos ante una verdadera genialidad, pero si sólo es la aportación de los propios músicos (que es lo más normal), entonces estamos ante un trabajo bien hecho, muy cuidado y delicado, que podría tener su propio hueco dentro del actual panorama del jazz. En conjunto, no aporta nada nuevo a lo que se haya echo con anterioridad, puesto que es un disco que recoge el sonido más tradicional del género. Pero no hay que quitarle méritos, puesto que se disfruta desde que comienza hasta que acaba. A pesar de ofrecer los cortes un estilo similar, no llega a cansar.

Para Other Directions, un siete.
Ebers Moll 4:33 p. m. | 0 comentarios |

lunes, noviembre 07, 2005

Goldfrapp - Supernature


Acaba de sacar Madonna su disco con saborcillo "Fiebre del Sábado Noche", en el que consigue explotar un sample de Abba hasta límites grotescos. A partir de ahora seguro que tendremos diva del "pop"(¿?) hasta en la sopa y empezaremos a ver desfilar por culpa de ella a niñas con modelitos inspirados en dicho "acontecimiento mundial". Yo prefiero rendirle homenaje a quien puso este año de moda los ochenta con su nuevo disco y que lo sacaron al mercado casi seis meses antes que ella, pero que parece que nadie se ha acordado de ellos (en el telediario por lo menos no). Goldfrapp, quien sinó.

Hace ya muchos años que cayó en mis manos el magnífico disco Felt Mountain, en el que Allison Goldfrapp nos invitó a recordar en algunos momentos a Portishead. Nos ofreció varios momentos íntimos con susurros que conseguían despetar en nuestro interior nostalgia por la música de antaño. Pero algo ocurrió en sus vidas, porque lo de Black Cherry no fue normal. Un cambio demasiado brusco que supuso para mi una gran desilusión y que me hizo relegarlo a un segundo plano. Tan fuerte fue el trauma que no escuche siquiera el disco al comprobar que el Utopia era más que nunca inalcanzable otra vez.

Ahora nos vienen con otro disco. Esta vez no me ha pillado completamente desprevenido y he adoptado una actitud mucho más abierta y receptiva. Sabiendo que Felt Mountain se ha convertido en una joya irrepetible, me espero cualquier cosa de este disco. Si en su primer trabajo primaba lo orgánico junto con la tranquilidad, ahora tenemos un trabajo cargado de eléctronica que incluso nos hará mover el esqueleto en más de una sala.

Sonidos retro para un disco con carácter ochentero. Leí en algún sitio que llegaba a recordar mucho a la época decadente de Studio 54. No viví aquella época como para poder hacer dicha comparación, pero no puedes evitar acordarte de aros grandes y labios llenos de carmín junto con modelitos que enseñaban bastante más de lo que en verdad querían insinuar, mientras los reflejos circulares de la bola de espejitos devolvían la luz de los focos rojos y azules.

Sea como sea, lo cierto es que el disco es un buen trabajo que se nutre de esa época y que nos llega a dejar también sus momentos tranquilos y reposados sin olvidar nunca la temática. No tiene que recurrir a ningún soniquete de aquella época embotellado en forma de sample, sino que genera todo el carácter con ideas originales o que por lo menos no son tan obvias como Abba. Mucha electrónica, guiños al dance, todo retro y una Allison que emplea en él todo el potencial de su voz, demostrando la sensualidad que hizo gala en su primer trabajo y unos agudos verdaderamente cautivadores.

Si creías que no existía vida tras Kilie Minogue o Madonna, aquí te presentamos a Goldfrapp como una muy recomendable alternativa.

Nota: un 7
Ebers Moll 9:11 p. m. | 0 comentarios |