martes, marzo 14, 2006

Pedro Farré

El pasado día 7 de marzo, el director de gobierno corporativo de la SGAE sostuvo un encuentro digital con los internautas en la página de elmundo.es. Me habría hecho eco de esta noticia mucho antes si no hubiera tenido ciertos problemillas con mi conexión a internet, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Entre las múltiples estupideces que este hombre pudo escribir, me quedo con esta:

"El canon se justifica en base a la necesidad de compensar las pérdidas que el desarrollo tecnológico genera a quienes crean los contenidos."
- Pedro Farré.

Semejante barbaridad sólo puede venir de un grupo de personas que insisten en mantener su absurda cruzada contra las redes P2P, en vez de asimilar esta herramienta para favorecerse de ella. Esta gente sólo entiende de números pero en unos términos tan absolutos y falto de miras, que a veces no puedo evitar pensar que en el fondo son sólo unos pobres diablos que no comprenden el mundo que les rodea. Piensan que todo aquel que se baja un disco o que lo compra en un top manta, es sinónimo de pérdida, cuando en verdad deberían contabilizarlo como dinero no generado. A primera vista puede parecer una estupidez, pero la verdad es que la gente que adquiere discos por otras vías distintas a la compra de originales lo suele hacer por mera curiosidad y por el hecho de conseguirlos a un precio de "ganga". Es decir, no existía un verdadero interés por la obra y de no haber sido por estas circunstancias es muy probable que nunca llegara a comprar el disco en una tienda.

¿Ha perdido dinero el autor con esta forma de proceder por parte del consumidor? Siendo objetivo, sí que hay pérdida, pero desde mi punto de vista no creo que sea tan significativa como para hablar de gran daño a la industria. Y no la hay porque sólo un pequeño porcentaje de los consumidores potenciales habrían adquirido finalmente la obra a través de un soporte original ante los precios tan abusivos de los discos compactos y la baja calidad en cuanto a composición de los mismos. El resto simplemente lo bajarían de una P2P, lo escucharían un par de veces y al poco tiempo habría sido olvidado en un rincón oscuro del sector más abandonado de su disco duro.

El problema al que se enfrenta la industria discográfica no es el avance tecnológico y el impacto de las redes P2P, sino la finalidad de su producto. Para ellos lo prioritario es que se vendan muchos discos, pero no creo que se hayan planteado nunca cuántas veces llega a escuchar el consumidor su obra. El que alguien venda un millón de copias de su disco en España no lo puedo tomar como condición suficiente que me indique la calidad de la misma. Sobre todo, cuando después de muchos años te encuentras con discos que tienen un single muy bueno y todo lo demás se reduce a meter minutos para llenar. Esto es lo que de verdad hace que la gente deje de comprar música. Si después de haberte gastado unos 20 euros, tras malgastar tres cuartos de hora de tu tiempo escuchándolo tienes la sensación de haber desperdiciado el dinero, ¿cómo llama a eso el señor Farré? ¿Riesgos de inversión? Yo lo llamo timo, y me condicionará para que la próxima vez que diga de hacer otra inversión tan arriesgada vaya a lo seguro, a descargarlo de internet. Si tras descargarlo y escucharlo un par de veces creo que el disco es lo suficientemente bueno, entonces lo compraré, que no será ni la primera ni la última vez que haya hecho algo semejante.

¿De verdad un autor se siente satisfecho cuando, tras vender cien mil copias de su trabajo, al mes de comprar su disco la persona que lo ha adquirido deja de escucharlo? Yo creo que eso es lo peor que te puede ocurrir como compositor. De hecho, es lo que les ocurre a la gran mayoría de grupos y cantantes comerciales, que al fin y al cabo son los que más se quejan de la piratería. Sus canciones son explotadas (y alentadas a serlo desde las discográficas) en los medios de difusión públicos durante un breve lapso de tiempo, y al cabo de menos de medio año el público ya no se acuerda de ese grupo que tanto se llegó a escuchar. Llegan a convertirse en productos de usar y tirar, y la cultura no se puede degradar a semejante nivel.

Actualizado: Tampoco tiene ningún desperdicio los comentarios de David Bravo en su blog
Ebers Moll 11:15 a. m.

2 Comments:

Buen artículo, como la mayoría de los de vuestro blog. ¡Felicidades!
Me complace que te haya gustado.

Un saludo

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