sábado, marzo 04, 2006

Exceso

Cada vez que voy a mi pueblo, no puedo evitar reflexionar sobre determinados aspectos de la música que domina a la sociedad en general. Ya sé que soy muy pesado con el tema de la música comercial y que desde este blog no voy a cambiar el mundo, pero es que si no lo digo puede ser que reviente, y no me gustaría manchar a nadie con la bilis que acumulo por culpa de esto. Comprended que tras sufrir una tortura de dos horas estoy bastante jodido mentalmente.

Cuando veo a toda la masa bailando las sandeces y connotaciones de dudoso gusto de ciertos autores latinos, me pregunto si alguno se ha parado a escuchar lo que suelta por la boca. No ya a reflexionar un poquito, sino simplemente a pegar la oreja a un altavoz. No hace falta ser un lumbreras para discernir ciertas letras machistas y sexistas de algunas canciones que bailan, hasta romperse, cientos de miles de personas. En esos momentos es cuando me pregunto si la gente no es más que una masa de zombis que se dejan guiar por lo que la moda les imponga. Pero esta vez en mi mente ha aparecido una palabra: Orgásmical.

No es una peli porno, pero en su momento sí que era una alegoría al sexo, el placer y el desenfreno. Una forma más de ver los instintos carnales del hombre a través del arte. Hará casi seis años cuando escuché en Radio 3 a esta gente, y no precisamente a altas horas de la noche, sino a eso de las once y media de la mañana, cuando tienes las neuronas completamente despabiladas. Reconozco que al principio no me gustó, me pareció un poco bochornoso y de mal gusto. Creo que no dejé que acarbara la canción. Pero la segunda vez que escuché las mismas notas del comienzo, puse automáticamente la radio a toda ostia. Disfruté escuchándola y sobre todo al comprobar que alguien se atrevía a hacer una canción de un tema del que cualquiera habla con sus amigos, utilizando el mismo lenguaje pero con un planteamiento directo, sin rodeos. Cuando en una canción la tercera frase dice Me llamas puta porque no has podido conmigo en la cama, sabes que este grupo no se dedica precisamente a versionar a Rosanna. Aquello casi era una orgía sonora, pero dentro de un buen gusto y con mucho estilo.

No pude escuchar nada más de esta gente. Apenas pude conseguir esta canción en cinta, tras tirarme casi dos semanas con la cinta preparada en el equipo de música para pillarla desde el principio. Diciendo las cosas por su nombre, en aquella época existía Napster, pero no tenía tanto calado en nuestro país como puede tener ahora eMule o Kazaa. Así que tras mucho buscar, sólo pude encontrar esta canción, Exceso, y escuchándose regular. Y no tuve el placer de escuchar ningún otro tema de esta gente porque los censuraron, así de simple. En un país donde ahora se puede decir sin ningún problema dónde quieres meter cierta parte tuya en cierta cavidad femenina, hace cinco años no se podía decir algo tan sincero como que Exceso, es mi droga favorita. Exceso... Excesiva en el sexo, excesiva en el amor, excesiva en tu cama, excesiva en tu pene. O todo o nada. No creo que haya alguna palabra malsonante. Todo lo contrario. Pero la censuraron porque hablaba de sexo explícito, de las intimidades que pudiera cualquier otra persona. Me salieron alas de tanto masturbarme en mi habitación, oscura y sola, la considero una bonita forma de hablar del orgasmo femenino. Y si la voz de la cantante es tan sujerente como la de este grupo, entonces para mi es poesía.

Hace poco escuché por casualidad a este grupo en La Otra. Habían cambiado el rollo completamente. Sólo escuché una canción porque me decepcionaron tanto que no quise seguir viéndolos. Entiendo que si te dedicas expresamente a la música necesites vender para poder vivir de ella, pero no creo que haya que cambiar de esa forma tan radical usando el mismo nombre. Pero por otro lado los entiendo.

Supongo que ningún padre querrá que su hijo escuche esas expresiones a edades muy tempranas. Cada cosa a su tiempo. Pero parece que a esos mismos padres no les importa que sus hijos escuchen otras letras que hacen mención a lo mismo, aunque lo adornen todo con una jerga a veces ininteligible y un ritmo pegadizo que triunfa en cualquier discoteca. Yo mientras tanto seguiré con mis reflexiones al compás del riguitón mientras la música me impida tener una charla coherente con otra persona y sin tener que hacerme polvo las cuerdas vocales. Creo que buscaré la canción para recordar mientras la escucho lo bonito que es hacer arte del sexo.
Ebers Moll 12:34 p. m.

0 Comments:

Add a comment