domingo, diciembre 18, 2005

Nils Petter Molvaer - Er

Siempre que hablas de un grupo, hay que hablar del estilo musical que plasman en sus obras. Esto es requisito indispensable para poder intentar transmitir mediante palabras lo que tu has escuchado en sonido. De ahí que sea tan importantes esas dichosas etiquetas que siempre queremos poner a cualquier disco. Hay veces que resulta ser muy fácil, no teniendo por ello un disco más o menos calidad. Simplemente parece que se ajusta a unos cánones que nos permiten hablar de ello sin ninguna ambigüedad. Otras veces lo que hacemos es ponerle varias, ya que se refleja claramente la influencia de varios estilos y que imprimen un fuerte carácter a todo el trabajo. Hay también quien se empeña en intentar verlas donde apenas son amagos y que se les puede catalogar como meras anécdotas. Pero ese es otro tema.

Al final, siempre te encuentras con ese disco o ese artista que no sabes bien donde encasillarlo. Podías decir que tiene un estilo propio y genuino, jamás hecho hasta ahora. Pero si fuera ese el caso, ese artista ya le habría sacado un nombre a lo que hace para que el resto pueda usarlo para definir también otras obras. En el caso de Er, no creo que estemos ante ningún caso, por lo menos para mi. Siempre me gusta consultar la base de datos de allmusic. Para mi es como la biblia de la música contemporánea. Casi cualquier grupo lo puedes encontrar allí, junto con el estilo de música que hacen en cada disco. Pero llamar New Age a lo que hace este hombre, creo que es más bien desafortunado. A ver, cuando a mi me hablan de este estilo de música siempre se me viene a la cabeza gente como Enia, y Nils Petter no se parece en nada a la música que pueda hacer esta señora. Así que por esta vez no haré caso a allmusic y sí que no me voy a complicar la vida: diré con este señor hace música experimental (me he partido).


El disco comienza con el sonido de una trompeta. Y digo sonido porque no se puede decir que haga una melodía con toda propiedad, sino que parece que va tanteando notas mientras un pad empieza a tomar cuerpo. Cuando se hace notorio, entonces mete un pequeño ritmo minimal para a continuación introducir un ritmo de percusión étnica, una darbuca, para finalizar con un bombo grave que marcará cada compás a contratiempo. Esto va a ser la tónica del disco: por un lado la trompeta, por otro atmósferas ambients con ritmos a veces muy minimalistas, a veces al borde del IDM, y con una sorpresa por pista. Con estos elementos es difícil imaginar algo que pueda llamarnos la atención, pero tanto toda la parte electrónica como la propia trompeta atraen tu atención desde el primer momento.

Nils Petter es quien toca la trompeta, además de ser él quien produce todo lo demás. De ahí que sepa en todo momento como encauzar las composiciones, en crear los paisajes sonoros, en hacer cosas realmente sorprendentes con la trompeta sin que se cargue la armonía de todo el conjunto. Con una rítmica en continuo cambio, llega a recordar bastante al jazz. Pero no estoy hablando del típico intérprete que es una auténtica máquina de hacer escalas y cambios de armonía, mientras se entretiene en establecer el nuevo record guiness de nota aguda. El uso de la trompeta no desencajaría en absoluto dentro de cualquier tema en plan chill out, pero sin lo empalagoso, con notas largas, pausadas, con una cadencia que llega a centrar toda tu atención en la melodía mientras te olvidas de los tics rítmicos.Para ello recurre a técnicas tan particulares como insuflar mucho más aire de lo necesario, dándole un toque cálido y esponjoso, o alguna que otra distorsión que llega a asemejar la trompeta con el sonido de una guitarra eléctrica (no estoy hablando de un grupo de heavy metal, ojo). El eclecticismo del que hace gala a lo largo de todo el disco puede hacer que pierdas un poco el interés en alguna de sus pistas, porque resulta un poco difícil para el oyente que no esté acostumbrado al jazz, y lo mismo para el que a pesar de cumplir este requisito no le agrade mucho la música con fuerte carácter electrónico. Así que Nils Petter Molvaer se puede llegar a convertir en un músico para un grupo de gente muy minoritario.

Aún así, la originalidad es absoluta junto con una calidad muy superior. Mientras escuchaba el disco no pude evitar a veces pensar en Bjork. Quizás el que ambos provengan de paises nórdicos influya en el carácter, pero penándolo más detenidamente no es una idea muy descabellada tal comparación. A caballo entre ambient, jazz y experimentación, creo que este disco se merece un 8.5
Ebers Moll 1:29 a. m.

0 Comments:

Add a comment